Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Los nociceptores son sensores de daño, NO de dolor.
En el artículo anterior, exponíamos la importancia de disponer de sistemas de recogida de información del medio ambiente y de nuestro cuerpo. A estos sistemas les llamaremos coloquialmente sensores (o receptores).
Para poder recoger multitud de tipos diferentes de información, hemos desarrollado multitud de sensores diferentes, cada uno especializado en recoger un tipo de información concreta. Así, tenemos sensores especializados en captar cambios de temperatura, otros captan cambios en la posición de las articulaciones, otros captan cambios en la tensión de un músculo, otros cambios en el pH de los tejidos, otros cambios en la presión sanguínea…
Para comprender mejor el dolor, nos centraremos en un tipo de sensores especiales como son los sensores de daño, también conocidos como nociceptores. Estos sensores de daño están especializados en detectar tanto situaciones de daño real en el tejido, como situaciones que pueden suponer una amenaza de daño en el tejido.
Hay varias ideas clave que es importante que queden claras:
- Los nociceptores son sensores de daño, NO sensores de dolor.
- Son sensores de daño real, pero también de una amenaza de daño, es decir, que no siempre que se activan lo hacen para informar de un daño. Muchas veces se activan para informar de una situación que tiene probabilidades de provocar un daño, y lo hacen antes de que se produzca.
De nuevo pondremos un ejemplo con el que estas ideas quedarán más claras:
La exposición de un dedo a una temperatura elevada como puede ser tocar una plancha, provocará una quemadura, es decir, un daño en los tejidos del dedo. Esto activará a los nociceptores, que informarán de lo que ha sucedido. Sin embargo, el hecho de acercar el dedo a una fuente de calor importante, antes de llegar a provocar una quemadura, activará a los nociceptores que informarán de la amenaza de sufrir un daño en el tejido si se mantiene esa situación.
Las dos situaciones habrán activado a los nociceptores, pero en una hay un daño real en el tejido y en la otra hay sólo una amenaza de daño.
Hola! Me encantan vuestras entradas, enhorabuena por la página. Tenía una pregunta, si por ejemplo te dan muchas veces con un martillo en un dedo (ergo asocias martillo a dolor) y cuando hacen el ademán de darte, aun sin haberte dado, te duele o puedes sentir algo de dolor… eso sería amenaza de daño? Sería una especie de anticipación por asociación… pero no sé si entraría en esta categoría
Gracias!
Hola, Jéssica. Muchas gracias por el comentario, me alegro de que te resulten útiles nuestras entradas. Efectivamente, en el caso que planteas, estaríamos hablando de amenaza de daño en la que el sistema genera una respuesta anticipándose a un futuro evento potencialmente peligroso.
Un saludo y gracias.
Carlos