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De creencias y profecías autocumplidas
- 15/03/2020
- Publicado por: Carlos Giménez Donoso
- Categoría: General

Con el paso de los años, cada vez le doy más importancia a mejorar la comunicación con el paciente, y esto me está llevando a leer mucho sobre psicología, entrevista clínica y motivación al cambio. Dentro de la entrevista clínica, explorar las creencias del paciente sobre su dolor puede ser muy revelador para comprender mejor el problema de la persona que tenemos delante.
En una de esas lecturas he encontrado una frase muy reveladora:
“La manera en que se etiqueta un dilema humano puede cristalizarlo y hacerlo crónico” (Jay Haley, 1976).
Cuando exploramos las creencias de un paciente, la mayoría de las veces, las ideas que tiene sobre su problema son consecuencia de lo que Arturo Goicoechea denomina con mucho acierto “instrucción experta”. No entraremos a juzgar las causas ni las motivaciones que llevan al experto (profesional de la salud) a hacerlo, pero lo que sí podemos decir es que en demasiadas ocasiones esas creencias presentan dos problemas:
1.- Están basadas en información incorrecta o desactualizada.
2.- No son útiles para la resolución del problema del paciente.
El fenómeno de la profecía autocumplida ilustra a la perfección esta situación:
La profecía autocumplida es, al principio, una definición “falsa” de la situación que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva “verdadera” (Robert K Merton).
Pondré un ejemplo clínico: una persona joven, aficionada a las carreras populares, comienza a sentir dolor en la rodilla derecha. Acude a un profesional de la salud que emite el siguiente juicio basándose en una prueba de imagen: “tus rodillas comienzan a mostrar signos de desgaste, es normal que te duela la rodilla y con la actividad que haces te tienes que hacer a la idea de que esto irá a peor”.
¿Cuántas veces hemos asistido atónitos a cómo una información de este estilo es capaz de modificar radicalmente la vida de una persona?
Si esa idea se instala con éxito en el acervo de creencias del corredor, es muy probable que esta persona comience a comportarse de forma coherente con esa nueva información. Puede que nuestro corredor determine dejar su afición, con todas las consecuencias que puede tener para su vida, como el deterioro general en su condición física, o el abandono de una actividad que le aportaba satisfacción, motivación y muchas otras cosas que seguramente no somos capaces de intuir. Por otro lado, se ha instaurado la idea de que su rodilla es frágil, con las repercusiones que esto puede tener para su sistema de alarma/protección. Si el organismo codifica la rodilla como una región frágil, vulnerable, y por tanto a proteger, es probable que de nuevo organice una respuesta coherente con esa creencia. Es probable que aumente la sensibilidad de los receptores de peligro de la rodilla (sensibilización), que aumente la atención sobre la rodilla (hipervigilancia), que se activen programas musculares de protección (alteración de patrones de movimiento)…
Todos estos cambios, conseguirán que, efectivamente, la profecía se cumpla, y la persona tenga un problema de rodilla persistente y que evolucione cada vez a peor.
Si cuando esta persona venga a visitarnos nos centramos sólo en explorar su rodilla, encontrar disfunciones relevantes e intentar aplicar un tratamiento que consideremos adecuado, los árboles no nos estarán dejando ver el bosque. De hecho, es posible que las explicaciones que le demos sobre las disfunciones que hemos encontrado en su rodilla, estén, sin nosotros quererlo, reforzando la idea de que efectivamente esa rodilla está dañada y no tiene solución.
En ocasiones, nuestro trabajo pasa por desmontar muchas de las creencias que están lastrando la posibilidad de que la persona ponga una solución eficaz a su problema. Una vez desmontadas esas creencias, las disfunciones relevantes que encontremos en su rodilla seguramente serán las mismas, pero el cómo la persona entienda la relevancia de esas disfunciones, será muy diferente. Desmontar estas creencias también ayudará a que sus expectativas de recuperación sean diferentes y, por tanto, su compromiso y motivación con el programa de tratamiento se vea incrementado.
Dediquemos tiempo a entender la historia del paciente, seamos conscientes del poder de la información e intentemos cada día mejorar en nuestras habilidades comunicativas.
Me alegra leer tu artículo, cada vez somos más los que vamos tomando consciencia de la comunicación con el paciente. La importancia de la mente, los sentimientos y las palabras utilizadas. Conseguir motivar a la persona, sin duda es clave en la adherencia al tratamiento para la recuperación o estabilización.
Muchas gracias por tus palabras, Miriam. Sin duda son aspectos fundamentales de cualquier relación terapéutica. Profundizar en el manejo de este tipo de habilidades acostumbra a ayudar a realizar mejores intervenciones. Afortunadamente, como bien dices, cada vez somos más los que nos interesamos por estos aspectos.
Un saludo.
Hola Carlos! muy buenos los artículos! me encantó encontrarte aquí y en esta faceta q no sabía tuya! coincido en cuán importante el No rotular a las personas e incluirlas dentro de una patología. El obsetvar a cada uno como un ser único e irrepetible nos y les permite enfrentar con mucha más tranquilidad la dificultad x la q están atravesando. El sentirse un ser singular modifica su respuesta. un abrazo!
Hola, Patricia! Qué bueno encontrarnos por estos rincones de la web! Me alegro que te resulten interesantes las reflexiones. Efectivamente es necesario un modelo de abordaje del paciente más humanista. Un fuerte abrazo!
El dedo en la llaga, compañero. Gran parte de nuestro trabajo ha de fundamentarse en conocer al paciente, más allá de su patología, romper con el “estoy tratando una rodilla”, que es otro modo de profecía autocumplida (“tales patologías van bien, tales evolucionan mal”). Me ha encantado tu visión! Un abrazo.
¡Muchas gracias, Enrique! Es genial recibir estos feedbacks, somos muchos en esta visión humanista de la fisioterapia. Saludos.